Morelia, donde el maíz y el frijol saben más tiernos: su comida y la tradición del dulce.
--
Esta ciudad es dulcera por tradición. Desde los años 40 comienza su historia con Dulcería “El Paraíso”, en la cual realizaban principalmente ates de manera artesanal. Los ates son creación de la cocina de los conventos, esto te lo pueden explicar en el museo del dulce de Morelia; también te llevan por la historia de los dulces más tradicionales y cómo desde la época prehispánica se endulzaban algunos alimentos.
Del ate, Morelia ganó su denominación de origen. Ate es la terminación del nombre antiguo, porque antes se llamaba conforme a su fruta compuesta: guayabate, membrillate, tejocate, por poner algunos ejemplos. Se cree que vienen de Europa, pero allá llegaron por los inmigrantes musulmanes y ahora es parte del dulce más típico de Morelia por su tradición milenaria en esta ciudad. Destacan también otros dulces como las morelianas, frutas cristalizadas, obleas, jamoncillos, cajetas, chongos zamoranos, cocadas, dulce de tamarindo, palanquetas, rollos de frutas, chocolate de metate y una amplia variedad de licores dulces. Si pides el ate con queso en La Guarecita de San Agustín te lo darán de tres colores característicos simulando las carretas de la arquitectura moreliana. Lo recomiendo mucho.
No puedes dejar pasar las corundas, que son tamales de masa de maíz del norte de Michoacán, estos son pequeños, en forma triangular, que se bañan con queso, crema y a veces salsa de tomate; los uchepos son un tamal de maíz dulce realmente delicioso, igualmente bañado con queso y crema o las enchiladas placeras hechas con chile guajillo.
Como recomendación te puedo comentar lo siguiente: Muchos restaurantes tienen platillos donde te incluyen muestras de más de dos comidas y así puedes abarcar un poco más los platillos típicos si no tienes muchos días en la ciudad. Ese fue mi caso en este lugar llamado La Guarecita de San Agustín, que tiene un platillo en el que te sirven dos corundas, un uchepo, una enchilada placera y un poco de mole de caderas.
Morelia, donde el maíz y el frijol saben más tiernos.
La sopa tarasca también es deliciosa, está hecha a base de frijoles molidos, puré de jitomate y chile pasilla seco.
Si no tienes oportunidad de visitar Janitzio, en Morelia también puedes encontrar charales, como botana son muy ricos y más aún acompañados de una cerveza o michelada.
Los postres principales son los chongos zamoranos y el ate con queso. Ambos son de verdad muy recomendables, pero los chongos muchas personas no se acostumbran a su consistencia.
Las carnitas estilo Michoacán son de Quiroga, sólo que en Morelia también puedes encontrar unas muy buenas, como las de Don Raúl, que aparecen en el episodio de los tacos de carnitas en Las crónicas del taco de Netflix, si no mal recuerdo. Probé las quesadillas de carnitas y una gordita que tienen como especialidad y de verdad son muy memorables. Si llego a volver a Morelia será lo primero que coma, de verdad duré casi todo el día pensando en esa gordita, y aún sigue en los recuerdos más atesorados de mi paladar.
Llamó mi atención la morisqueta, que es un platillo de Atizapán que también encuentras en Morelia, éste consiste en arroz blanco y encima tiene costillas de cerdo en salsa de tomate con frijoles de la olla. Sabe como una comida sencilla que te serviría tu abuela o tu mamá.
Los gaspachos son comida de la calle y comenzaron en los años 70, cuando un señor al que le decían “El güero” quiso reinventar su receta agregando queso y crema a su fruta y cortándola en cuadros más pequeños. Antes le agregaban vinagre, pero ahora es más común echarle jugo de naranja. La combinación es algo distinta para lo que mi paladar norteño mexicano estaba acostumbrado, pero la mejor parte es cuando te abres, derribas tapujos y te animas a probar porque de repente te puedes sorprender. El gaspacho me pareció muy rico, probé los más tradicionales de Morelia que están detrás de catedral. Creo que no sólo el queso y la crema deben tener buena calidad, sino que la fruta debe estar en su punto y el chile piquín también es parte fundamental, pues cuando está en su punto da un buen sabor. Hay gaspachos casi en cada esquina del centro de Morelia, así que es un snack obligado.
Morelia, donde el maíz y el frijol saben más tiernos.
No dejes de visitar el mercado de la artesanía y el dulce, ahí probé hasta nuez de Macadamia, que no es nada común encontrar en México, pero me comentó la vendedora que se cultiva en Uruapan.
La nuez de macadamia es mi fruto seco favorito, tiene alrededor de 80% de grasa y cada que la abres (es toda una odisea abrirlas) no sabes si el sabor tendrá notas de coco, de almendras o de nuez.
También resalta la nieve de pasta y otros platillos de la extensa gastronomía de Michoacán como el churipo o la olla podrida, pero abarcamos solamente los más populares y que se pueden encontrar en Morelia (La capital).
Cuando visites una ciudad por primera vez trata de enfocarte en la comida tradicional y restaurantes típicos para ir comenzando. A la segunda visita ya te aventuras a buscar las propuestas más contemporáneas o gourmet. Gaspacho, discúlpame por haberte juzgado sin antes conocerte, me sorprendiste. Nuez de macadamia: te cotizas y eres difícil de abrir, pero vales completamente el esfuerzo. Gordita especial de Don Raúl y uchepo con queso y crema, los extraño mucho.